Hace unos días nos dejó António Ramos Rosa
(1924-2013), gran poeta y dibujante portugués, autor de una de las poéticas más
extensas e influyentes de la poesía portuguesa contemporánea, con casi un
centenar de libros publicados. Una entrega radical a la escritura que reflejó
magistralmente en sus versos: “El día es alto cuando en la mesa nada espera que
no sea poesía”. Parte de su temática giraba en torno a la metapoesía. Poeta de
las imágenes y los gestos, Ramos Rosa encarnó a través de la palabra la alegría
de vivir de un instante hecho símbolo. Nos deja una escritura de tono epidérmico,
en contacto profundo con las cosas.
é o mesmo que povoar o deserto
com a própria substância do
deserto
Há que voltar atrás e viver a
sombra
enquanto a palavra não existe
ou enquanto ela é um poço ou um
coágulo do tempo
ou um cântaro voltado para a sua
própria sede
Talvez então no opaco encontremos
a vértebra inicial
para que possamos coincidir com
um gesto do universo
e ser a culminação da densidade
Só assim as palavras serão o
fruto da sombra
e já não do espelho ou de torres
de fumo
e como antenas de fogo nas gretas
do olvido
serão inicialmente matéria fiel à
matéria
© António Ramos Rosa
Aprehender con las palabras la substancia más
nocturna
es igual que poblar el desierto
con la misma sustancia del desierto
Hay que volver atrás y vivir la sombra
mientras la palabra no existe
o mientras es un pozo o un coágulo del tiempo
o un cántaro vuelto hacia su propia sed.
Tal vez entonces en lo opaco encontremos la
vértebra inicial
para que podamos coincidir con un gesto del
universo
y ser la culminación de la densidad
Sólo así las palabras serán el fruto de la
sombra
y ya no del espejo o de torres de humo
y como antenas de fuego en las grietas del
olvido
serán inicialmente materia fiel a la materia
©Traducción:
Verónica Aranda
¡Gracias por un poema tan bello!
ResponderEliminarNo he leído nada del autor. Gracias por la información. Un saludo.
ResponderEliminarMuy lindo.
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