domingo, 24 de noviembre de 2019
martes, 19 de noviembre de 2019
viernes, 15 de noviembre de 2019
Reseña de "Llamarse nadie" de José Luis Gómez Toré
(Llamarse nadie, José Luis Gómez Toré, editorial Polibea, Madrid, 2019)
LLAMARSE NADIE:
Poética de la luz y la plasticidad
José
Luis Gómez Toré es una de las voces más sólidas y genuinas de la poesía
española contemporánea. Títulos como He
heredado la noche (accésit del premio Adonáis 2003), Fragmentos de un cantar de gesta, Un corte que no sangra y Hotel
Europa, lo confirman. Además, hay que destacar su importante labor como
crítico literario, traductor, dramaturgo y ensayista.
Llamarse
nadie (Polibea, 2019), una antología preparada por el poeta y crítico Óscar
Curieses, hace un recorrido por la obra poética de Gómez Toré, que celebra
veinte años de creación. La clasificación me parece de lo más acertada, pues no
opta por el clásico orden cronológico o temático, si no que el hilo conductor y
brújula es el color blanco. Secciones como blanco zinc, blanco lunar, blanco
claroscuro, despliegan algunos de los ricos trazos cromáticos y leitmotivs, que
revelan la importancia de la luz y de la plasticidad en la poética de J.L, como
una forma de contemplar el mundo y de diálogo con la transparencia y con la
filosofía zambraniana de Los claros del
bosque). Su lírica es indisociable de la filosofía y heredera del
simbolismo y del culturalismo alemán.
El
blanco, por otro lado, es intervalo, en palabras del autor, “la escritura del
poema es una especie de
acercamiento, una suerte de cerco a un territorio blanco, un espacio que es y
no es el de la vida”
Además, el hecho de mezclar poemas de
distintas épocas hace que sea un libro nuevo. Como señala Curieses, al cambiar
de lugar, los poemas alcanzan un significado diferente y una interesante
intertextualidad. Por lo que el montaje de una antología tiene similitudes con
el montaje y edición del cine y propicia que los textos dialoguen entre sí.
En la poesía de José Luis Gómez Toré,
convergen Oriente y Occidente, con la apoyatura de símbolos primordiales como
la nieve y el pájaro. Para el autor la palabra poética es también una forma de
meditación, de contemplar activamente la naturaleza y tener conciencia plena
del instante, algo que la acerca al haiku, así como la captación de los
pequeños detalles de lo cotidiano que trascienden el espacio sentimental,
cobrando un tono elegíaco, donde el claroscuro no es ajeno a lo trágico, y al
cauce del legado cultural y de la memoria histórica.
Estamos
ante una poética de trazo delicado y elegante, que practica el despojamiento,
aunque que no está exenta de una línea de conciencia crítica, sin ser
estrictamente social. Más bien su nomadismo, tiene el don del vuelo y de la
mirada empática que construye cartografías colectivas.
© Verónica Aranda
Os dejo dos poemas de la antología:
El territorio blanco
Nieve,
no pureza.
Un lugar más doloroso,
aún más extraño que la vida.
Un lugar más doloroso,
aún más extraño que la vida.
Si ello fuera posible.
Helado de chocolate
Helado de chocolate
para honrar a los muertos.
para honrar a los muertos.
La luz casi violenta de la tarde
pesa sobre los hombros,
perturba con su olor
el olvido que empieza.
Ella comulga
muy despacio un sabor.
La muerte nada sabe del frío.
pesa sobre los hombros,
perturba con su olor
el olvido que empieza.
Ella comulga
muy despacio un sabor.
La muerte nada sabe del frío.
Nunca fue tan intenso,
tan lejano,
tan lejano,
el olor de las lilas.
© José Luis Gómez Toré
martes, 5 de noviembre de 2019
Mención en el 10º Concurso Internacional de haiku (Facultad de Derecho de la UCLM)
MENCIÓN HAIKU INDIVIDUAL
Autora: Verónica Aranda
Se zambullen
muy despacio en el mar,
cinco pelícanos.
Fallo completo:
https://haikusenalbacete.blogspot.com/2019/11/fallo-del-10-concurso-internacional-de.html
Autora: Verónica Aranda
Se zambullen
muy despacio en el mar,
cinco pelícanos.
Fallo completo:
https://haikusenalbacete.blogspot.com/2019/11/fallo-del-10-concurso-internacional-de.html
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