lunes, 21 de julio de 2014

Gaza, un poema de Sudeep Sen



                                                  (Dibujos realizados por niños palestinos)

Asciende ya a 500 muertos y más de 3.000 heridos el balance de víctimas palestinas por la ofensiva militar israelí contra la franja de Gaza. Voces poéticas de todo el mundo denuncian el terrorismo de estado ejercido por Israel, la muerte de tantos niños y civiles inocentes, la destrucción de hospitales. Me topé hace poco con un poema sobre Gaza escrito por Sudeep Sen, un poeta indio de renombre que escribe en inglés, y sentí la necesidad inmediata de traducirlo. Tiene la fuerza y la urgencia de la poesía social universal:

SUDEEP SEN (Nueva Delhi, 1964)
        
GAZA
Soaked in blood, children,
their heads blown out
even before they are formed.
Gauze, gauze, more gauze —
interminable lengths
not long enough to soak
all the blood in Gaza.
A river of blood flowing,
flooding the desert sands
with incarnadine hate.
An endless lava stream,
a wellspring red river
on an otherwise
parched-orphaned land,
bombed every five minutes
to strip Gaza of whatever
is left of the Gaza strip.
With sullied hands
of innocent children,
we strip ourselves
of all dignity and grace.
Look at the bodies
of the little ones killed —
their scarred faces smile,
their vacant eyes stare
with no malice
at the futility of all
the blood that is spilt.
And even as we refuse
to learn from the wasted
deaths of these children,
their parents, country,
world — weep blood. Stop
the blood-bath — heed, heal
                                  
                                 © Sudeep Sen
 


 GAZA

Niños empapados en sangre,
sus cabezas reventadas
incluso antes de formarse.

Gasa, gasa, más gasa-
longitudes interminables
que no llegan a absorber

toda la sangre en Gaza.
Fluye un río de sangre,
inundando las arenas del desierto

con el odio encarnado.
Un arroyo sin fin de lava,
un rojo manantial

en una tierra seca,
 por lo demás, huérfana,
bombardeada cada cinco minutos

para despojar a Gaza de lo que sea
que queda de la franja de Gaza.
Con mancilladas manos

de niños inocentes,
nos despojamos
de toda dignidad y gracia.

Mirad los cuerpos
de los pequeños asesinados-
sus rostros con cicatrices sonríen,

sus cuencas vacías miran
sin malicia
la futilidad de toda

la sangre derramada.
Y aunque nos neguemos a aprender
de las muertes

en vano de estos niños,
sus padres, su país,
el mundo-llora sangre. Parad

el baño de sangre-atended, curad

                                    © Traducción : Verónica Aranda

martes, 15 de julio de 2014

Reseña: Dos poetas portugueses contemporáneos



  NUNO HIGINO Y PAULO BORGES: Dos poetas portugueses contemporáneos

La editorial Amargord inauguró a finales de 2013 una nueva colección que, bajo el título de “Laberinto da saudade”, cumple la misión, tan necesaria, de difundir la poesía portuguesa contemporánea, que sigue siendo una gran desconocida en nuestro país y en la que predomina una rica variedad de voces y registros. La colección, bien editada y con traducciones de calidad, ha dado comienzo con dos poetas coetáneos que tienen mucho en común: Paulo Borges y Nuno Higinio. Ambos de corte filosófico y herederos del pensamiento paradójico pessoano, algo que llama la atención, teniendo en cuenta el empeño de muchos poetas lusos actuales de alejarse del omnipresente influjo de Fernando Pessoa.
Nuno Higino (Felgueiras, 1960) en El animal eólico del cuerpo nos va guiando a través de un verbo que serpentea por un paisaje donde las fuerzas telúricas, el cuerpo y la escritura están íntimamente relacionados. Si bien la estructura de algunos poemas del libro tiene reminiscencias de heterónimos como Alberto Caeiro, en cuanto al encadenamiento de paradojas y los espacios naturales, su construcción, de gran complejidad, va mucho más allá, creando topografías propias de dimensiones metafísicas. A través de una sucesión de metáforas de corte neosurrealista, el autor va explorando geografías despobladas, paisajes cósmicos que regresan  a la “casa láctea de la infancia”, constelaciones. Hay una bella tensión entre lo diurno y lo nocturno y una profunda indagación en la invisibilidad de lo cotidiano, que cobra una dimensión de misterio y desasosiego.   
La poesía de Higino nace de una introspección fundamentada en lo onírico, y la experiencia del yo multiplicado está tocada por el encantamiento: “El mundo de mi sueño es mundo como los otros mundos,/ la única diferencia que los separa soy yo”. Hay versos viscerales, de tono místico que se dirigen febrilmente a un tú nebuloso: Sólo la carne de las tinieblas sangra, solo la carne pantanosa del poema requiere la curación furiosa de tus ojos. Son visiones plásticas, a la par que codificadas. Cabe mencionar que el autor ejerció unos años el sacerdocio al que renunció unos años más tarde para doctorarse en filosofía.
La reflexión metapoética, muy habitual en la poesía lusa contemporánea, es otra de las constantes del poemario. En Higino las epifanías se hacen teoría y “el fuselaje del poema es un reptil blanco de palabras, un deseo perverso de supervivencia”. En palabras de Julia Alonso, encontramos un poeta alquimista, transmutador de realidades de cuya pluma surgen geometrías dormidas.
Paulo Borges (Lisboa, 1959) es poeta y uno de los filósofos más destacados de Portugal. Entraña extraña está compuesto de cientos de aforismos con una base metafísica, que reflexionan sobre la existencia y el ser humano. Tienen mucho de exhortaciones:“¡Pierde el tiempo sin pérdida de tiempo!”, “No pienses.¡Vuela!”, en las que incita a caminar con ligereza, a trascender el lenguaje y el mundo, liberándonos de toda pequeñez y parcialidad. La base en la que se construyen estos aforismos suele ser el cuadro paradójico, lo que les da efectismo y un matiz de desconcierto. Intentan provocar al lector, remover su conciencia y remitirle a una nueva forma de mirar el mundo y subvertir los preceptos de la filosofía tradicional para concluir que “nada es real” y que “la esencia del yo consiste en no tenerla”. Proponen desconocernos de forma creativa para luego reinventarnos.
Ya no hay una verdad intemporal absoluta en los aforismos ni esa es su intencionalidad, si no que más bien evidencian, siguen “un proceso en el que al despertar la conciencia con perplejidad o espanto permiten el acceso a una nada que es todo o un todo que es nada”, es decir a un Absoluto, como señala Miguel Real en el ilustrativo prólogo, en el que traza una panorámica general de la filosofía portuguesa, otra gran desconocida en España. En Paulo Borges hay un intento de explicar el mundo y desentrañar los misterios del ser humano a través de una filosofía antirracionalista con ciertas dosis de nihilismo. Por  lado, se percibe en su obra una clara influencia del budismo en el concepto de vacuidad o asunción de un vacío iluminador, y la consideración de la realidad como algo ilusorio en el sentido de nuestras percepciones.
Como pensador finistérreo, Borges presta atención a la saudade, ese “sentimiento de ser anterior a sí y a todo”. En esa búsqueda de los instantes originarios, la saudade determina la forma de ver el mundo, manifestándose en nosotros con un fulgor íntimo. Y “enloqueciendo” en esa saudade sin retorno, Portugal es “finisterrae húmeda y movediza, limbo entre tierra y mar”. El autor hace también referencia a la crisis económica y al rescate cuando escribe: “Portugal es el moribundo integrado en la difunta Europa. Es una crisálida de lo inesperado.”
En definitiva, dos poetas-filósofos atlánticos que exploran los límites del pensamiento y de la palabra, trayéndonos una interpretación visionaria del mundo. Ojalá iniciativas como esta nueva colección de ediciones Amargord contribuyan a mitigar el lema “Iberia semprer incuriosa suorum” que inscribió Ángel Crespo en su antología de poesía portuguesa del 61.

                                                                                                        Verónica Aranda
                                             (Reseña publicada en el nº 20 de Nayagua, junio 2014)


Copio un poema de Nuno Higino, en la traducción de Julia Alonso:

LA CRIPTA HOMÉRICA DE LAS PRIMERAS PALABRAS

Un día despertaré con las venas infartadas: el tránsito
caótico de las ciudades por donde pasé apagándome
los ojos, la volumetría obesa del cansancio. Un día
la fiebre inevitable de la infancia, la cripta homérica
de las primeras palabras: cuando habite los edificios
arbóreos de mi muerte, árboles edificados
en esa mañana sin metafísica en la que moriré

lunes, 7 de julio de 2014

Trenes indios




                  
                    Shatabdi Express

 
            Cabe la incertidumbre en un expreso

           que atraviesa suburbios, maizales.

Va cortando la luz de arcilla seca,
            va llevando la luz de los abrevaderos.

 
            Este intermedio nómada que se va prolongando…

Y la extranjera que hace el viaje sola
            pasa la enfermedad y los monzones.

Yace en el coche cama
            cuando es la noche el recorrido ingenuo

al rapto del temblor.

           
           Si renueva su don para el asombro

en alguna estación dejará ofrendas
            bajo el árbol de Shiva.

 
            Remendará la luz

que arriesgó en el periplo.
 

                                                © Verónica Aranda

                      

                    

viernes, 4 de julio de 2014

Sophia de Mello, en el 10º aniversario



El 2 de julio se cumplieron diez años de la muerte de Sophia de Mello Breyner (1919-2004), una de mis poetas de cabecera. La poeta de la búsqueda obstinada de la palabra “exacta”, como ella misma la definió, que encontró en el poema su forma más resistente y secreta, más clara. Versos que respiran mar y la elegante exaltación de la antigüedad clásica. Llegué a Lisboa ese mismo 2004, unos meses después. Los primeros tomos de su obra completa me acompañaron durante todo aquel año, los paseaba por Alfama y Graça, donde vivió la autora, en la Rua das Mónicas. En la facultad de letras tuve la suerte de asistir a las clases de Estudios Pessoanos que impartía su hija, Maria Andresen de Sousa Tavares, una estimable poeta, que en breve traeré a esta bitácora.  
En el expolio que la familia donó a la Biblioteca Nacional de Lisboa aparecieron unos cuadernos con apuntes, dibujos, tentativas de poemas, esbozos de escritura casi ilegibles. La parte más interesante la forman unos cuadernos adolescentes escritos a lápiz que recogen los primeros poemas de Sophia y se remontan a los 12 años. El siguiente texto, hallado en una hoja suelta doblada, es el primer poema escrito al que la autora hizo referencia. Está fechado en mayo de 1934:

Comecei a escrever numa noite de Primavera, uma incrível noite de vento leste e Junho. Nela o fervor do universo transbordava e eu não podia reter, cercar, conter – nem podia desfazer-me em noite, fundir-me na noite.
No gume da perfeição, no imenso halo de luz azul e transparente, no rouco da treva, na quasi palavra de murmúrio da brisa entre as folhas, no íman da lua, no insondável perfume das rosas, havia algo de pungente, algo de alarme.

Como sempre a noite de vento leste misturava extasi e pânico.
           
                                                                            © Sophia de Mello Breyner Andresen
                                                                          (Primeira noite de verão, Porto, 1934)

Comencé a escribir una noche de primavera, una noche increíble de vento del este y junio. Donde se desbordaba el fervor del universo y no podía retener, envolver, contener-ni podía deshacerme en noche, fundirme en la noche.
Al filo de la perfección, en el inmenso halo de luz azul y transparente, en lo ronco de la tiniebla, en la casi palabra de murmullo de la brisa entre las hojas, en el imán de la luna, en el insondable perfume de las rosas, había algo punzante, algo de alarma.
Como siempre la noche del viento del este mezclaba éxtasis y pánico.

                                                                       © Traducción: Verónica Aranda
(Primera noche de verano, Oporto, 1934)