Traducción de Àlex Tarradellas
Ediciones del Viento, A Coruña, 2016. 424pp. 22 euros
Os dejo la reseña que escribí sobre "Salústio Nogueira" de Teixeira de Queirós. Una de las mejores novelas que leí en 2016. Uno de esos clásicos que no envejecen.
El escritor luso Francisco
Teixeira de Queirós (1848-1919) tuvo la
mala suerte de ser coetáneo de Eça de Queirós, por lo que quedó eclipsado con
el paso de los años. Es muy poco conocido en España (sólo se había traducido y
editado una antología suya de cuentos en 1920) y bastante olvidado en Portugal,
donde hay que rastrear mucho en las librerías de viejo para encontrar alguno de
sus libros. A pesar de todo, Teixeira de Queirós fue una personalidad relevante
en su época, ejerció la medicina y la política, fue un militante activo del
partido republicano de Portugal y llegó a ser ministro de Asuntos Exteriores en
1915, además de un prolífico escritor.
Influido por Balzac y
su Comedia Humana, decidió englobar
sus novelas en dos series tituladas Comedia
del Campo y Comedia Burguesa, “escenas
de la vida lisboeta”. Salústio Nogueira. Historia de un arribista,
pertenece a esta última serie y es una obra maestra del naturalismo, una de las
grandes novelas portuguesas del XIX que se traduce por primera vez al
castellano y que Ediciones del Viento ha tenido el acierto de editar este año.
El protagonista, Salústio
Nogueira, es un petimetre de provincias, cínico, despiadado y con una ambición
sin límites, que se mete en política para medrar y trepa vertiginosamente.
Ayudado por su buena planta, su capacidad oratoria y sus influencias, le nombran
diputado y poco tiempo después consigue una cartera de ministerial.
Pero la protagonista
absoluta de la novela es la sociedad de Lisboa de finales del XIX, en plena
decadencia de la monarquía. Una sociedad moralmente corrompida y sin escrúpulos,
de la que el autor hace una sátira mordaz. El parlamento es realmente un
teatro, donde todos van a lucirse y a dejarse ver. Sin embargo, las grandes
decisiones para el país y los nombramientos se pactan en los salones
aristocráticos, donde reina la frivolidad. Las mujeres de la buena sociedad,
pueden encumbrar a un amante o arruinar su carrera política. Todos miran por
sus intereses personales y comerciales. Teixeira trata asimismo, con su fina ironía,
el tema de la corrupción y de la explotación comercial de las minas de África
por parte de unos pocos poderosos.
Influido por el
espíritu positivista, el autor lo aplica en la creación de una novela crítica,
ya que consideraba que era “la mejor forma literaria para expresar la
complicada vida moderna.” De hecho, Salústio
Nogueira, se puede leer también como un estudio sociológico de la sociedad
lisboeta de la época, a través de la observación analítica que hace el autor de
lo cotidiano, dando una visión panorámica en la que se detiene también en
personajes secundarios que reflejan las grandes desigualdades sociales y de
género de la época, y el desamparo de la clase obrera. Personajes abandonados a
su suerte como Angelina, la amante paciente de Salústio, que vive escondida y
no tiene espacio en las aspiraciones de poder del diputado, son un buen reflejo
de la hipocresía y el clasismo de esa sociedad finisecular. Según el crítico
Antonio José Saraiva, Teixeira de Quierós es el primer novelista portugués
capaz de superar el idealismo romántico con el que se abordaba el mundo
femenino.
Cabe destacar la magnífica
traducción de Àlex Tarradellas, autor también del ilustrativo prólogo, que nos
acerca un clásico con un lenguaje actual, sin distanciarse de su esencia y de
la fluidez de la pluma queirosiana en las descripciones y diálogos. Estamos
ante un clásico que no ha envejecido. A pesar de ser escrito en 1883, sorprende
y da qué pensar lo actual que resulta esta Historia
de un arribista, ya que el arribismo político, tanto en España como en
Portugal, sigue estando a la orden del día. Muchos políticos actuales bien
podrían ser los protagonistas de esta novela que nos ayuda a reflexionar y ver
en perspectiva a dónde se remontan los males del sistema y la irresponsabilidad
de la clase política.
Verónica Aranda
(Publicada en el blog "La tormenta en un vaso", 4/01/2017)