Tánger no se entiende sin el Cinema Rif, un antiguo cine de los años 30 rehabilitado, cuyo café-bistrot es el punto de encuentro de jóvenes y artistas. En sus dos salas se proyectan desde clásicos de la historia del cine o la linterna mágica, a cine actual y cine árabe. En sus paredes cuelgan carteles desvaídos de viejas películas de espionaje rodadas en Tánger y fotografías de actores antiguos. Un lugar donde vale la pena recalar. Allí pasé muchas horas durante mi estancia tangerina y le dedico una sección entera en Café Hafa, de la que forma parte este poema:
CINEMA RIF
II
Dejar que el tiempo sea esta evasión
en la sala de cine,
esta mezcla de planos y ciudades de agua,
cuando contamos a desconocidos
una verdad desconcertante
después de haber estado frente al mar,
frente a la duda y la desidia,
frente a amantes que observan a través de biombos.
Esta penumbra del cinematógrafo
nos restituye lo dejado atrás:
un estío remoto, la costumbre
de ascender las colinas de gladiolos salvajes
donde te revolvía los cabellos.
Aschenbach come fresas,
el tinte le chorrea por las sienes,
su delirio está hecho de música y efebos.
Busca el último soplo de embriaguez.
Pasa a cámara lenta la Belleza.
Verónica Aranda
De Café Hafa, Tres Fronteras, Murcia, 2012
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