martes, 15 de octubre de 2019

Reseña de "Río Mekong. 31 haikus" por Gregorio Muelas Bermúdez


Río Mekong. Haikus, Verónica Aranda (Cartonera Island, colección 31, Tenerife, 2018)

Puedes descargar el libro en el siguiente enlace y hace tu propia edición cartonera:
https://cartoneraisland.files.wordpress.com/2018/12/R%C3%8DO-MEKONG-cartonero.pdf

Verónica Aranda publica su nuevo cuaderno de haikus, Río Mekong, en la Colección 31 de Cartonera Island, una exquisita edición limitada a treinta y un ejemplares donde todas las cubiertas han sido cortadas, pintadas y encuadernadas a mano. Los treinta y un haikus que integran este breve volumen vienen precedidos por un bellísimo sumi-e de Manes Sánchez que ilustra un tramo del caudaloso río que fluye a través de seis países, China, Birmania, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam, hasta desembocar en el mar de la China Meridional.

La poeta madrileña es una amante de la estrofa japonesa y como ya hizo en anteriores entregas, Senda de sauces. 99 haikus (Amargord, 2011) y Lluvias continuas. Ciento un haikus (Polibea, 2014), nos vuelve a deleitar con su delicada escritura, con su sensibilidad, siguiendo el curso del “río de los nueve dragones” desde el comienzo del año:

Sol abrasante.
El músico ciego
susurra ¡feliz año!

Verónica Aranda emprende un viaje iniciático por el caudaloso río donde es testigo del clima cambiante (calor, lluvia, monzón) que caracteriza a esta región del Sureste asiático, y de las sencillas costumbres de sus humildes gentes, pescadores de ostras, antiguos combatientes, vendedoras ancianas, monjes budistas, saltimbanquis. La poeta consigue plasmar los aromas, los colores y el ritmo de vida pausado que dicta el fluido continuo de uno de los ríos más largos del mundo.

Bajo los farolillos
de colores
asan serpientes

En cuanto a la forma, Verónica Aranda se desprende del rígido corsé del “canon occidental” (5-7-5) y opta por una forma oriental, con moras de cuatro a diez sílabas que le permiten captar la salvaje naturaleza de un río rebosante de vida, donde peces (carpas, truchas), flores (lirios, lotos, nenúfares) y barqueros coexisten en armonía.

Los haikus de Verónica Aranda están impregnados del dulce olor de piñas, lichis y mandarinas, de serena espiritualidad, de fuertes contrastes, de aware:

Mediodía.
En pleno arrozal,
unas tumbas.

En conclusión, Verónica Aranda nos ofrece un dibujo realista, vivaz, treinta y un destellos de un mundo flotante.

 Gregorio Muelas Bermúdez
 
 
 
Reseña publicada en el nº 43 de la Gaceta Internacional de Haiku Hojas en la acera 

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