Os dejo dos poemas de la autora norteamericana Kate Gale, que traduje para el último número de la revista "Piedra de molino"
THE HOUSE THAT JACK BUILT
The rain came in through the skylight, the open windows.
We built canoes to navigate the stream from kitchen to bedroom.
We lived in a stream bed in a glass house until the sun came out.
We hear water, breath, the house letting in light.
LA CASA QUE CONSTRUYÓ JACK
Construimos una casa de cristal en los bosques; entraba la
lluvia.
Entraba la lluvia por la claraboya abierta de par en par.
Impermeabilizamos la casa; el agua se filtraba bajo los
cimientos.
Construimos canoas para navegar por el arroyo desde la
cocina al dormitorio.
Todas las estanterías estaban altas. El suelo de cemento se
desgastó hasta hacerse grava.
Vivimos en el lecho de un arroyo hasta que salió el sol.
Se hizo calurosa, húmeda; las orquídeas llenaron el lugar,
sus zarcillos de anhelo por todas partes.
Las visitas decían que nuestra casa no era normal, pero a
nosotros nos parecía perfectamente normal.
Los niños se tropezaban con orquídeas en verano, chapoteaban
en arroyos durante el invierno. La electricidad no era posible, pero no la
queríamos. La electricidad nos hubiera forzado a salir de la casa de cristal.
Aún estamos aquí en el cristal y el barro, los talonarios de
cheques inestables, poemas y silencio.
Oímos agua, respiración, la casa dejando pasar la luz.
LOU ANDREAS SALOMÉ
She loved Rainer Maria Rilke, fifteen years her junior.
Taught him Russian love. Asked his skin what it wanted,
held him until he wanted her for his wife, then left.
Lou Andreas Salome, lover of three geniuses.
They wanted her as muse, as bedfellow bridge
to the future, all three of them: Freud, Nietzsche, Rilke.
Her name was Lou when Freud knew her,
when Nietzsche kissed her lips til his sister forbade it.
Rilke’s marriage to Klara lasted a year; Ruth born.
The rest of his life was affairs, writing of alienation,
loneliness
in castles throughout Europe. Dying, he called for Lou,
lying in twilight in the Valmont Sanitarium in Switzerland
of leukemia.
As the day disappeared, he was sure he could see her.
Emerging into the bedroom. Her hair, smell, ready thighs.
There to hold him against loneliness. Himself rising naked
to greet her.
And she- kindness against the sheets, a kiss against
darkness.
LOU ANDREAS SALOMÉ
Amó a Rainer María Rilke, quince años más joven que ella.
Le enseñó el amor ruso. Preguntó a su piel lo que quería,
lo mantuvo hasta que él la quiso por esposa, después partió.
Lou Andreas Salomé, amante de tres genios.
La querían como musa, como compañera de cama y puente
al futuro, los tres: Freud, Nietzsche, Rilke.
Su nombre era Lou cuando Freud la conoció,
cuando Nietzsche besó sus labios hasta que su hermana se lo
prohibió.
El matrimonio de Rilke con Klara duró un año; nació Ruth.
El resto de su vida fueron amoríos, escribir sobre la alienación,
soledad
en castillos por toda Europa. En su lecho de muerte, llamó a
Lou,
tendido en el crepúsculo del Sanatorio Valmont de leucemia
en Suiza.
A medida que caía el día, estaba seguro de que podría verla.
Apareciendo en la habitación. Su pelo, su aroma, sus muslos
preparados.
Allí para sujetarlo contra la soledad. Él mismo levantándose
desnudo para saludarla.
Y ella: bondad contra las sábanas, un beso contra la oscuridad.
©
Kate Gale
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Traducción: Verónica Aranda
KATE GALE (Binghamton, Nueva York, 1965). Es la jefa de redacción de la
editorial Red Hen Press y la editora de Los
Ángeles Review. Tiene publicados seis poemarios, una novela, Lake of fire, y varios libretos de
ópera, algunas de las cuales fueron estrenadas en el New York City Opera VOX. Entre 2005 y 2006 fue presidenta del Pen
American Center. Es profesora en la Univerdad de Omaha y en el programa de
escritura creativa de la Universidad de San Diego.
Los poemas de Kate Gale que
presentamos a continuación pertenecen al libro The Goldilocks zone (University of New Mexico Press, 2014) y son bastante representativos de su
poética. Escenas cotidianas que adquieren dimensiones de fábula, espacios
habitados como la casa de cristal que se hacen míticos y se transforman,
pequeños retratos de personajes históricos desde su lado más humano y frágil.
El lenguaje en aparencia sencillo de la autora, entre narrativo y lírico, tiene
un ritmo propio y un gran dominio de la sintaxis y las elipsis.
Unas traducciones estupendas!
ResponderEliminarClaudia Routon