Fotos: Alicia Andrés
Manuel de Freitas
III (Grande Hotel de Paris)
para a Inês Dias
A morte, claro. Existem porém
dias grandes, irredutíveis a versos,
em que a indecisão da luz
nos açoita de felicidade.
São dias raros, futuras
imagens do nada, o suficiente
para que a palavra amor substitua
o primeiro cigarro da manhã.
Chegámos tarde. O quarto 203
trazia-me de novo o teu corpo.
E até a música dos sinos
vinha deitar-se connosco.
© Manuel de Freitas
Telhados de Vidro n.º 3 [Último poema do tríptico Passeio Alegre]. Lisboa, Averno, 2004, p. 44.
III (Gran Hotel de París)
para Inês Dias
La muerte, claro. Existen sin embargo
días grandes, irreducibles a versos,
en los que la indecisión de la luz
nos azota de felicidad.
Son días raros, futuras
imágenes de la nada, lo suficiente
para que la palabra amor substituya
al primer cigarro de la mañana.
Llegamos tarde. La habitación 203
me traía de nuevo tu cuerpo.
Y hasta la música de las campanas
venía a tenderse con nosotros.
© Traducción: Verónica Aranda
https://citricamultimedia.com/quienes-eran-los-olmecas/
ResponderEliminarSe pudo apreciar que siempre buscan la manera de adaptar los territorios que ocupaban tomando en cuenta sus beneficios.