Parece que 2011 va a ser el año del endecasílabo, ese verso elegante de origen italiano, introducido en España por el embajador veneciano Andrea Navagiero, que empezaron a adaptar al castellano Juan Boscán y Garcilaso de la Vego en el siglo XVI. ¡Vuelven a estar en auge los sonetos!
SONETO AZUL AÑIL
Quise ser cual errante beduino
que solitario cruza los desiertos,
de azul añil, sus pasos siempre inciertos
y unas dunas ardientes por camino.
Tuve sed de camelias y de vino.
De manantiales un oasis yertos
esparció sus palmeras por mis puertos
con acento de adusto peregrino.
Llevo un nómada albor de caravana
y la huella fugaz de un campamento
que su exilio marcó sobre la arena.
Puso el sol en mis venas su desgana,
soy del Sur del puñal y del lamento,
del arrayán, las fuentes, las almenas.
Verónica Aranda
Antología del soneto, Ateneo de Sevilla, 2006
Mis bolsillos son lo suficientemente hondos como para albergar también este soneto. Esta vez lo echaré a volar desde una duna, la noche derramándose sobre la arena. Siempre llevaré tu poesía cerca de alguno de mis órganos vitales.
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