lunes, 31 de marzo de 2014

Presentación de "Melancolía y otros pájaros", 4 de abril



Lo primero que llama la atención es el título del libro, Melancolía y otros pájaros. Según la RAE, melancolía significa “tristeza vaga, profunda y sosegada.” Este término, unido a “pájaros”, nos da una idea de la vocación nómada de los relatos de Alicia Andrés, de su espiritualidad. También de la fugacidad del instante, del ansia de libertad. Y de esas atmósferas parten los relatos del libro, algunos de ellos bañados en un halo mítico y situados en el Macondo personal de la autora, una geografía de raíz rural, con un tiempo cíclico que gira en torno a las cosechas. Cada historia parece concebida junto al fuego y nace, como en el haiku, de un aware o asombro fruto de la contemplación de la naturaleza o el entorno. A partir de un pequeño destello que formará después el núcleo del relato, la autora va tejiendo las tramas.
Todos los relatos parten del realismo en su concepción y descripciones, aunque la mayoría son impregnados de una sutil magia a través de la inserción de pequeños elementos que dibujan un misterio esencial. Como en los cuentos de Cortázar, siempre hay paréntesis en la realidad, pequeñas grietas por donde se cuela lo maravilloso. 
                                                                     © Verónica Aranda
(Fragmento del prólogo a Melancolía y otros pájaros, editorial LCK15, 2014)


sábado, 29 de marzo de 2014

Lluvias continuas (ciento un haikus), mi nuevo libro


Es el haiku como el cine mudo de la poesía.
Y a través de él cumple la poesía una de sus funciones esenciales que no es otra sino la de crear espacios vacíos, incluso en la vida social.
En el haiku siempre nos ha parecido que la ubicuidad del espacio desafía a la fugacidad del tiempo, sin embargo este libro es una cruz de espacio y tiempo, dado el carácter secuencial del paso del “monje albino” por alguno de sus poemas, remembranza del vagabundo, pero también de la stasis, en la que la condición del movimiento consiste precisamente en el “no moverse”, el reposo del cuerpo y una intensa vida interior, el éxtasis.
El haiku es siempre el destello del instante, pero también un punto de intersección sutilísimo entre Heráclito y Parménides, entre el hombre y la naturaleza, como los animales domésticos que acompañan al ser humano y que son un haiku vivo; entre la palabra perdurable y el silencio definitivo.
                                                                                                              © María Antonia Ortega
                                                                              (Fragmentos del prólogo a Lluvias continuas)
Días de julio:
junto al frambueso en flor
dormir al raso.
Por el sendero
caen agujas de pino.
Pasa un tejón.
Espino en flor.
La aldea de pizarra
deshabitada.
Campos de escarcha.
En el zurrón del nómada
su carta astral.
Un crematorio.
En el umbral tres niños
bailan peonzas.
© Verónica Aranda
De Lluvias continuas (ciento un haikus), Polibea, Madrid, 2014


viernes, 21 de marzo de 2014

Río Celeste, Costa Rica

                                                                                     
                                                                                  © Foto: Alicia Andrés
¡Feliz día de la poesía y del árbol!
Río Celeste, Costa Rica
Croan las ranas rojas
y en círculos sagrados,
bajo la ceiba inmensa,
respiro plenitud. A mediodía
me baño enajenada en los ríos de sílice.
Puro azul, puro fondo mineral
sin barro ni marañas de bejucos.
Tu piel es una incógnita cerca de las cascadas.
                                               © Verónica Aranda

domingo, 16 de marzo de 2014

Almendros en flor, cuatro haikus


                                                                               
                                                                              © Fotos: Isabel Erice
 
Pequeños rituales de pre-primavera: visitar la Quinta de los Molinos en Madrid. Aspirar la fragancia de los almendros en todo su esplendor. Sestear bajo sus flores. Un picnic con amigos entre las hileras de almendros y la mimosa en flor. Viajar a Japón desde la calle Alcalá y atrapar haikus al vuelo. Tan solo estar y respirar Belleza.
 
I
Enfermedad.
Espero el esplendor
de los almendros.
       II 
Revolotea,
entre almendros en flor,
el petirrojo.
III
Juegan dos locos,
entre hileras de almendros,
a las canicas.
         IV 
Vuelan cometas,
ajenos al aroma
de los almendros.
 
                        © Verónica Aranda

viernes, 7 de marzo de 2014

Presentación de Lluvias Continuas en Madrid

 

Me gustaría compartir con vosotros/as mi última cosecha de haikus, un libro aljibe en el que he recogido la lluvia que desciende sin retorno sobre los caminos. El aguacero austral, las partículas en suspensión de los torrentes, los insectos acercándose a la orilla. Os invito a beber un sorbo de este cuenco llamado “Lluvias continuas”, que presentaré el próximo miércoles 12 de marzo en Madrid, a las 19:30h en la sala Trovador (C/ San José nº 3, zona Huertas).

Bajo la misma lluvia, la poeta Marta Fuentes presentará su último poemario, “El imperfecto cielo concedido”, un viaje triangular entre Delhi, Fez y Estambul que gira sobre sí mismo con inspiración sufí.

Ambas obras nacen a la intemperie dentro de la colección El Levitador, de la editorial Polibea. Os esperamos al filo de la primavera.


Lluvias continuas.

Las primeras hortensias

han florecido.

 

Senda de hayas.

La libélula busca

franjas de luz.

 

En soledad

sigo el curso del río.

Frescor de juncos.

 

© Verónica Aranda

De Lluvias continuas, Polibea, Madrid, 2014

 

SUFÍES

Hombres que convocan al león y la gacela,

que enloquecen al pie de las ruinas

en la vigilia imantada de los minaretes;

Hombres que adoran un pálido globo,

un sudario, la fría

sentencia de noche en la nuca del fiel.

Balanceando un jardín en nombres persas

duermen sus mujeres, amedrentadas

aves, en la oquedad de los templos.

 

© Marta Fuentes
De El imperfecto cielo concedido, Polibea, Madrid, 2014