Matteo Fantuzzi (Castel
San Pietro Terme, Bologna, 1979), forma parte de la última promoción o ‘la generazione
entrante’ de poetas italianos nacidos a finales de los setenta y principios de
los ochenta. La de Fantuzzi es una poesía civil, poco retórica pero capaz de
hacerse íntima. Con un estilo desenfadado, donde convergen cierta ironía mordaz
y un fino humor negro, el autor retrata a modo de crónica poética la Italia
contemporánea: la del desarraigo y el sinsentido.
chiuse nel ‘938
per scappare in Francia
dove aveva parenti.
Per anni sulla vetrata
rimase a vernice la scritta
latte ebreo
E io ero un bimbo,senza un’idea precisa di quello
che stesse accadendo:
come la grattachecca all’
arancia.
Un giorno ne domandai
al nonno per fare merenda.
cerró en 1938
para huir a Francia
donde tenía parientes.Durante años sobre la vidriera
quedó en barniz el letrero
leche hebrea
Y yo era un niñosin una idea precisa
de lo que estaba ocurriendo:
creía que se trataba sólo de un sabor,
como el granizado de naranja.
Un día se la pedí
a mi abuelo para merendar.questa città dal treno
come non volesse,
ne sentisse poco l’obbligo.
E mentre chiude le finestre,
mentre si tappa in casa, intanto
dorme il propio stato di malessere:
la sua sconfitta urbana.
No se despierta nunca
la ciudad con el tren
como si no quisiera
ni apenas sintiese la obligación.Y mientras cierra las ventanas,
mientras se encierra en casa, al mismo tiempo
duerme su propio malestar:
su derrota urbana.
bianchissimi. Quei campi,
quei fiori, tu che stai
dormendo. Bianchissimi.
Todos esos campos – esas flores –
blanquísimos. Esos campos,
esas flores, tú que estásdurmiendo. Blanquísimos.
©
Matteo Fantuzzi
©
Traducción: Verónica Aranda
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